Las praderas de Posidonia pueden tener más de 1000 años de antigüedad y fueron declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1999. Pero el crecimiento del turismo y de la navegación de recreo las está afectando de forma muy grave. El fondeo incontrolado, la contaminación y la urbanización del litoral han provocado ya la desaparición de miles de metros cuadrados de estas praderas submarinas. Y debido a su lento crecimiento, que requiere 100 años para generar cada m2 de Posidonia, esta pérdida podría tener consecuencias irreversibles.
El biólogo marino Manu San Félix y la Asociación Vellmari están desarrollando un estudio cartográfico de las praderas de Posidonia en aguas de Formentera para determinar con exactitud su tamaño y su estado de conservación.
IPF ha aportado 10.000€ para esta iniciativa, que ha recibido un importe similar del Restaurante Juan y Andrea.
El trabajo de cartografía utiliza un sonar de barrido lateral para obtener imágenes de los fondos marinos, complementadas por fotografías tomadas por buceadores. Los datos obtenidos se procesan y son utilizados para crear una cartografía muy exacta de las praderas de Posidonia.
Esta cartografía permitirá hacer un seguimiento de la evolución de este hábitat, para poder evaluar el impacto de la navegación, la contaminación y el cambio climático sobre las praderas. Los mapas generados constituirán asimismo una importante herramienta para la toma de decisiones sobre actividades como la construcción de conducciones submarinas.
El proyecto prevé el lanzamiento en 2018 de una aplicación para móvil con información en tiempo real y vigilancia on-line que facilitará el fondeo de embarcaciones.