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Datos
HISTORIAL
La prosperidad a largo plazo de Ibiza y de Formentera depende de la conservación de su territorio, de su entorno marino, y de su biodiversidad. Los recursos naturales son un patrimonio fundamental para nuestro bienestar, y resultan fundamentales para una economía próspera y sostenible.
Para conservar el entorno natural en buen estado y asegurar una prosperidad económica y social duradera, es preciso abordar la problemática que afecta a las islas y al bienestar de sus habitantes. Esta problemática incluye cuestiones importantes como el turismo, la ocupación del territorio, el agua, los residuos, la energía, la biodiversidad y el transporte.
Con el fin de disponer de información rigurosa y comprender mejor estas cuestiones, IbizaPreservation creó en 2018 el Observatorio de Sostenibilidad de Eivissa. Este proyecto estudia la evolución de la sostenibilidad de la isla de Ibiza, desde una perspectiva social y ambiental, a través de una serie de indicadores. El Observatorio da seguimiento anualmente a las variaciones, tanto positivas como negativas, de dichos indicadores, para contribuir a la toma de decisiones fundamentada sobre el desarrollo futuro de Ibiza, teniendo en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Turismo y presión humana
La extraordinaria belleza de Ibiza y Formentera, su clima cálido, la oferta de ocio y su entorno marino privilegiado hacen que las islas Pitiüses sean uno de los principales destinos turísticos de Europa. En 2019 recibieron 3.1 millones de visitantes. Desde 2001 el número de visitantes prácticamente se ha duplicado, lo que ha supuesto una enorme presión sobre el territorio, el agua y los ecosistemas.
Desde 2017 en las Pitiusas se superan los 2.000 turistas por cada 100 habitantes. Con un ratio de 20 turistas por residente en 2019 -el segundo mayor del mundo-, la creciente turistización de la economía también ha generado problemas sociales, y creado una necesidad creciente de grandes equipamientos e infraestructuras, como carreteras, desaladoras y depuradoras de aguas residuales, cuyos costes de ejecución y de mantenimiento han de ser sufragados por la población residente. Los precios de alquiler también se han disparado, con aumentos del precio del alquiler en temporada que se han doblado en 2019 respecto de 2011, lo que supone que el 82% del salario medio se destine íntegramente al pago de alquiler de la vivienda.
Ocupación del territorio
Se estima que solo entre 1990 y 2012, 31,14 km2 de cubierta natural y agrícola fueron transformados en suelo artificial o urbanizado, mientras que la urbanización del litoral aumentaba en un 60,8%. Esto ha afectado a algunos de los paisajes y los ecosistemas más valiosos de las islas.
Al mismo tiempo, la superficie agraria útil ha descendido de las 26.579 hectáreas de 2014 hasta las 6.075 de 2018. La superficie agraria ha pasado de representar el 46,6% de la isla a representar el 11% en tan solo 4 años. Y no sólo eso, sólo en el bienio registrado entre 2014 y 2016, el suelo abandonado de Ibiza ascendió desde el 15,9% al 46,8%. Esto ha supuesto la pérdida de paisajes rurales valiosos y la desaparición de variedades vegetales, razas animales y conocimientos tradicionales locales importantes. El suministro alimentario de la isla tiene actualmente una fuerte dependencia de las importaciones – tan solo el 2% de lo que se consume en Ibiza sea producto de la isla- y el abandono de superficies agrícolas junto al desaprovechamiento forestal aumentan la problemática de los incendios.
Con el fin de abordar esta problemática, IbizaPreservation viene apoyando desde hace años proyectos de re-plantación de cultivos tradicionales, como el almendro, de fomento del consumo de alimentos producidos localmente, y de recuperación de la actividad agrícola.
Agua
La creciente demanda hídrica ha provocado la sobreexplotación y contaminación de los acuíferos y una dependencia cada vez mayor de plantas desalinizadoras. Según el informe 2019, las masas de agua subterráneas de Ibiza se encuentran en un estado generalizado de agotamiento y sobreexplotación. Así, actualmente 9 de las 16 masas de agua presentes en Ibiza presentan mal estado cuantitativo. Cuando un acuífero está sobreexplotado y desciende su nivel freático, la intrusión marina contamina las aguas.
La demanda urbana de agua ha aumentado en la última década un 11,8% y el 44.6% del consumo hídrico urbano de Ibiza procede de desaladoras. Pero el vertido de las salmueras residuales de estas plantas afecta negativamente al medio marino, y su funcionamiento contribuye a incrementar aún más la creciente demanda energética.
Por otro lado, la mayoría de los turistas que visitan Ibiza y Formentera desconoce el problema de escasez hídrica que padecen las islas. Un consumo responsable de agua contribuye a conservar los recursos hídricos isleños.
Residuos
La gestión de los residuos es uno de los principales problemas ambientales de las economías isleñas. En Ibiza no solo no ha decrecido la generación por persona y año de residuos domésticos, sino que ésta ha aumentado en estos último 9 años un 22%, situándose en 662 kg/hab y año en 2019. Estos valores superan la media nacional (485,45 Kg/habitante/año en 2017) en un 36,4%.
El vertedero de Ca na Putxa, el único disponible actualmente en las islas, se está rellenando rápidamente debido a las grandes cantidades de residuos vertidos. En 2019 más de un 80% de nuestros residuos fueron a parar a un vertedero. Un 50% de los residuos sólidos urbanos deberá reciclarse en 2020 para cumplir con la legislación europea.
Reciclar y evitar la utilización de plásticos de usar-y-tirar y el embalaje innecesario son algunas de las pequeñas cosas que todas las personas podemos hacer para contribuir a reducir el volumen de residuos generado en las islas.
Energía
El consumo de energía no solo constituye un problema ambiental importante sino que también tiene un coste financiero considerable para economías como Ibiza y Formentera, cuyo suministro energético depende casi exclusivamente de combustibles importados. Las economías isleñas son además más vulnerables a posibles problemas de abastecimiento y subidas de precios.
Desde 2011 el consumo ha aumentado significativamente (un 33%) hasta superar los 470.000 Tep en 2018. Ibiza no cumple el objetivo de reducción del 26% para el año 2030, respecto el 2005 y, lo que es peor, de 2005 a 2018, último año del que se disponen datos, se ha incrementado el consumo un 39%. Y a pesar de su considerable potencial en 2018 las energías renovables constituían únicamente el 0,20% del consumo bruto y con los datos disponibles, se detecta que en Ibiza se está muy lejos de cumplir el objetivo alcanzar una proporción de energía renovables del 35% en 2030 en el consumo final de energía. Así, por el momento sólo supone únicamente el 0,3% del consumo final. La energía solar constituye un componente fundamental de la transición de las islas hacia un mix energético sin emisiones de carbono. Esta transición puede además contribuir muy positivamente a la economía local.
Con el fin de incentivar a los hogares y a las empresas a instalar energía solar, IbizaPreservation ha financiado y coordinado un estudio sobre las posibilidades de desarrollo de la energía solar fotovoltáica (FV) en Ibiza. El estudio demuestra que con la normativa y subvenciones gubernamentales actuales, invertir en instalaciones solares resulta rentable, y puede generar ganancias a partir de los 6-11 años.
Biodiversidad
Ibiza y Formentera albergan una biodiversidad considerable, con especies singulares y numerosos endemismos vegetales y animales, como la pardela balear, el ave marina más amenazada de Europa, que tiene en las islas importantes colonias de cría. Las praderas de Posidonia oceánica y arrecifes coralinos de sus aguas mantienen una valiosa biodiversidad marina.
Un porcentaje significativo de Ibiza y de Formentera está protegido (el 35% y el 43% respectivamente). Pero entre 2000 y 2016 la superficie declarada Reserva y Parque Natural disminuyó drásticamente. Y la normativa de ordenación territorial ha oscilado erráticamente entre la protección de la biodiversidad y la permisividad constructora.
Los últimos datos del informe 2019 ponen de manifiesto que el estado de conservación de los hábitats en Ibiza es bajo, con sólo un 23% del área cartografiada, de la cual, el 23% presenta un estado inadecuado, especialmente en lo referido a la Posidonia oceánica del área declarada como ‘Lugar de Importancia Comunitaria’ (LIC) de Ses Salines. Por ello, insistimos en potenciar la evaluación del estado y de las causas de degradación de este hábitat.
Las medidas recientes para conservar la biodiversidad marina son alentadoras. En 2014 se incluyeron nueve espacios marinos protegidos en la red Natura 2000 de la UE, y en 2015 se propuso una nueva reserva marina. Sin embargo, dotar a estos espacios de personal y medios suficientes para garantizar la conservación de su biodiversidad y de los hábitats marinos sigue constituyendo todo un reto.
Transporte
La fuerte dependencia de vehículos privados para desplazarse en Ibiza y Formentera ha generado crecientes problemas de atascos en sus principales carreteras. La tasa de motorización mide la cantidad de vehículos motorizados por habitante en un lugar y periodo concreto. La isla de Ibiza junto a Formentera, presentan la tasa de motorización más elevada de Baleares. En particular, Ibiza ha superado en 2018 y 2019 los 1.000 vehículos por cada 1.000 habitantes. Es decir, para el a cada habitante de la isla de Ibiza le correspondería más de 1 vehículo. Los vehículos privados son actualmente la principal fuente de emisiones de CO2 de la isla, y representan el 31% del total.
La dependencia del coche para desplazarse tiene importantes impactos ambientales debido a las emisiones de gases de efecto invernadero que genera y a la necesidad de infraestructuras cada vez mayores. También tiene considerables repercusiones económicas, debido a la necesidad de importar combustibles costosos y a los atascos. La dependencia del coche también afecta negativamente al servicio de transporte público, y a las posibilidades de desplazamiento a pie y en bicicleta.
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